A partir de la promulgación de la nueva Ley de servicios de comunicación audiovisual, el panorama de los medios de comunicación en el país parece que finalmente se modificará. A la polémica reducción de los monopolios, se le suman nuevas pautas de trabajo que se reflejarán en el aire de la radio y la televisión. Para el caso de la televisión abierta, la flamante normativa plantea que los programadores deberán incorporar en las grillas mayor realización propia. Esta realidad, parece no ser un obstáculo para la industria televisiva porteña, acostumbrada a la producción de formatos propios, pero sí se convierte en un gran desafío para la tele en el interior, que recurre en forma habitual a la retransmisión de contenidos que se originan en
Si bien la realidad en todo el país es casi similar, para el caso puntual de la provincia de Santa Fe, los canales 3 y 5 de Rosario y el 13 de la ciudad capital que hoy retransmiten el grueso de la programación de señales porteñas, deberán ajustarse a partir de dos prerrogativas que modificarán la conformación actual de sus grillas. Por un lado, el artículo 65 de la nueva Ley, estipula que los canales deberán incorporan un mínimo de 30 por ciento de producción propia, es decir, de programas emitidos desde los estudios de cada canal y un 15 por ciento de espacios de realización independiente. Por el otro, según el artículo 63, los canales que son miembros de redes (El 3 retransmite Canal 13 de Buenos Aires, mientras que el 5 y el 13 de Santa Fe son miembros del Grupo Telefé), solo podrán emitir un 30 por ciento del contenido producido fuera de la provincia.
A priori, la medida parece alentar el crecimiento de la industria televisiva local, pero también se hace evidente preguntarnos si el aparato creativo de la ciudad hoy esta preparado para asumir, a partir de sus propios recursos técnicos y económicos, la responsabilidad de comenzar a trabajar en pos de cubrir el porcentaje de formatos propios que exige la nueva Ley.
Según los técnicos de televisión, la medida es positiva, pero se notará una diferencia con los espacios de Buenos Aires que estamos acostumbrados a ver en las pantallas rosarinas, aunque creen que a lo largo del tiempo la calidad en los formatos locales se irá incrementando. “Todo proceso presenta cambios y creo que por eso va a costar llegar en Rosario a un nivel estético, como el que nos tienen acostumbrados en Buenos Aires, pero más allá de eso, sumar mas realizaciones locales es altamente positivo”, expresó Carlos López, cineasta y editor en la señal de cable “Somos Rosario”.
Para Marcelo Aranda, camarógrafo de exteriores del mismo canal, la ampliación del desarrollo televisivo rosarino, es favorable, aunque para los directivos de los medios, es un aspecto que rompe con la soltura con la que vienen trabajando desde hace tiempo, y frente a esa amenaza, las presiones hacia el personal, vinculadas con cerrar y dejarlos sin trabajo, son habituales: “Nos quieren hacer creer, que con la puesta en práctica de la nueva Ley, podemos quedarnos sin la fuente laboral”.
La opinión de las empresas que prestan servicios de realización técnica para televisión, resulta interesante para saber si pueden adecuarse a la creciente demanda que impondría la puesta en marcha de la recientemente promulgada norma. Para Virginia Cin, administradora de “Grupo Eventos”, el alquiler del estudio para grabar programas ha bajado en los últimos años, y lo poco que se produce, se destina a los canales de cable. “En Rosario es muy difícil que los comerciantes apoyen un formato local, es un círculo muy cerrado el de los anunciantes, y si uno no tiene contactos, la tarea se vuelve casi imposible”, relató la entrevistada respecto del sostenimiento económico de un programa independiente. Pese a lo difícil de la pauta publicitaria, Cin fue tajante al plantear que en la ciudad hay muy buenas ideas para ser plasmadas en pantalla, se cuenta con el equipo humano para hacer productos de calidad, aunque existen algunas carencias técnicas que se irán ajustando.
La experiencia de llevar adelante un programa local, a veces se convierte en una tarea que no resulta simple con el régimen actual. Según Mauricio Maronna, periodista y conductor de “En Profundidad”, uno de los pocos espacios estrictamente políticos de la ciudad, hay un público que esta cansado de las formulas porteñas de televisión y demanda otro tipo de formatos. “En Rosario, hay una tendencia que estipula que el espacio clásico local debe ser culturoso, y se ignora la posibilidad del entretenimiento como vía rentable de producción, distinto a lo que pasa en Buenos Aires, y la gente quizás demanda otra cosa”, expresó Maronna, en relación al sentido de la programación rosarina. Por último, criticó la mecánica perversa que aplican los canales, al obligar a los realizadores independientes a pagar para tener sus programas al aire.
A partir de las voces relevadas, se hace difícil pensar en un futuro sembrado de producciones locales en las señales abiertas, si por lo pronto no se cumple con un conjunto de políticas basadas en, por un lado, la aplicación de medidas que fomenten la inversión técnica en las usinas productivas independientes de televisión, y por el otro, se destinen incentivos económicos tanto públicos como privados, a fin de garantizar la rentabilidad en la realización de formatos rosarinos, al menos hasta que el retraído mercado publicitario se acostumbre a pautar en las producciones de la ciudad. Sin estas acciones aseguradas en el mediano o corto plazo, no resultará raro esperar que lluevan las medias judiciales impuestas por los dueños de los medios, con el objetivo de mantener el poco desarrollado estado de cosas actual en materia televisiva.
